¿¡La coartada perfecta!? | |
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Información del Capítulo | |
Volumen: | 6 |
Capítulo: | 60 |
Kanji: | 完璧なアリバイ? |
Romaji: | "Kanpeki na aribai?" |
Páginas Totales: | 18 |
Fecha de Lanzamiento: | 18 de julio, 1995 |
Personajes: | Satoru Imatake Norikazu Sasai Sango Yokomizo Yamada |
Cronología de los Capítulos | |
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¿¡La coartada perfecta!? es el capítulo 60 del sexto volumen del manga de Detective Conan.
Sinopsis[]
A pesar de que el Inspector Yokomizo sigue desconfiando de Norikazu Sasai, Kogoro esta convencido y confía en la coartada de las fotos tomadas en el festival.
Según Kogoro, Satoru Imatake fue asesinado a las 8:02 pm en su habitación y Norikazu se tomo la primera fotografía en el festival entre las 8:00 y 8:25, lo cual no le deja mucho tiempo para trasladarse de un lugar al otro; ademas los encargados del hotel vieron salir a Norikazu a la 7:30 pm rumbo al festival.

Conan preocupa a Norikazu
Con todas las pruebas a su favor, Norikazu (confiado) le pide al inspector que deje de desconfiar de él y que busquen al verdadero criminal que robó y asesino a su compañero. En medio de la conversación, Norikazu es interrumpido por Conan que le pregunta porque él no esta preocupado de que le hayan robado algo de valor, y lo remata diciendo al no ser que usted mismo haya desordenado todo (aquí Norikazu mira a Conan con cara de preocupación).
A pesar de la situación, Norikazu logra zafar diciendo que no tienen nada de valor en la habitación; en ese momento aparece Yamada, el representante de Satoru, llorando por su muerte, aunque se alegra cuando Norikazu le da una obra que escribió. Con esa obra, Yamada le ofrece a Norikazu el trabajo de escritor de Satoru, y él acepta rápidamente.
Después de eso Norikazu intenta marcharse, pero Conan logra detenerlo cuando dice que es raro que alguien salga a atender a la puerta con los dientes a medio cepillar; con lo que dice Conan, el Inspector Yokomizo se pone a pensar que el asesino debe ser algún conocido. Esto enfurece a Norikazu y se pone a gritar que él tiene las fotos que marcan su coartada.
Con esta actitud Conan se convence que el criminal es Norikazu, aunque no logra encontrar alguna prueba que valide su deducción, hasta que recuerda algo que dijo Norikazu cuando lo vieron por primera vez.